La Tira de Mafalda


LA TIRA DE MAFALDA

Una vez leí en una tira de Mafalda que amar es no tener nunca que decir lo siento.
No estoy del todo de acuerdo, mas bien no lo estoy en absoluto. Para mi amar es poder mirar a los ojos a la persona que amo y poder decir lo siento desde mi corazón sabiendo que no hay juicio en su mirada y no existe engaño en la mía. Que entre nosotros existe un sentimiento que da sentido a nuestra vida, el más bello y el más poderoso, que nos une y nos adentra en una sinfonía de vibracion universal en la que los acordes surgen espontáneamente y la música suena y nos llena de color.  En ella mi corazón se siente pleno y mi conciencia se expande y crece y me siento vivo en la armonía universal.

El Paso



Apenas acababa de cerrar las puertas con estridencia, el metro estaba a punto de comenzar su marcha. En el pasillo un viejito de posiblemente cerca de noventa años intenta sujetarse de mala manera a la barra. Una joven le toma del brazo, podía ser su hija y me llama la atención la dulzura que desprenden sus ojos cuando cruzan sus miradas.  Intenta por todos los medios que de un paso hacia adelante para alcanzar un asiento vacío. Un solo paso. El viejo, tembloroso, trastabilla, duda y aquello se le hace una aventura muy difícil. Por fin, entre la joven y yo que me levanto y le ofrezco el cobijo de mi brazo conseguimos que pueda sentarse.
Cuando vuelvo a mi asiento, le observo. Su mirada perdida en el horizonte ensimismado de su edad. Sus ojos tranquilos, no hay prisa, solo se agitan con el ruido originado al sonar un teléfono móvil que le hace parpadear y luego nada, solo eso quietud.
En tres estaciones de trayecto, comienzan los preparativos para salir. De nuevo la joven, su hija posiblemente, comienza sus instrucciones. -Intenta levantarte poco a poco-. -A ver si te puedes sujetar en esta barra-. El tren entra en la estación y sus chirridos avisan de que la frenada esta cerca. Como puede se sujeta y es sujetado a la vez por esa mano joven de ángel de la guarda particular. Cuando por fin se ha parado comienzan las dudas de nuevo, primero un paso, ahora otro, dos, el tercero es el peor y parece que no lo va a conseguir nunca. Por fin el último hasta salir a tiempo justo del tren que pita de nuevo.
Cuando me alejo les veo a través de la ventanilla y parte de mi se queda fija en esos pasos tan costosos, tan difíciles. Me doy cuenta que esta sociedad nos marca una manera de caminar que es por si misma distinta de la manera que la naturaleza nos ha dado. Me doy cuenta de lo difícil que puede llegar a ser poder sobrevivir en este camino diario, inconsciente y letal que hacemos todos los días y que a diferencia de lo que hacia el viejito cuando dudaba y se lo replanteaba, nosotros ni siquiera nos damos cuenta que nos está destruyendo. Solo corremos posiblemente sin tener muy claro hacia donde.

BIODANZA COMO CAMINO


BIODANZA COMO CAMINO PARA SENTIR LA VIDA
Lo he titulado el camino para sentir la vida, porque realmente se trata de esto. Sentir no es pensar y ni tan siquiera pensar que siento. Esta es la clave, cuando siento, es pura integración emocional acompañada de la consciencia de lo que está pasando. Sin juicio, sin interpretación, pura aceptación de lo que es y sucede. Este acompañar la emoción con la consciencia es el motor transformador que regenera e instaura el sentimiento.
La biodanza actúa de catalizador en la gestión de las emociones acelerando un proceso de cambio que de otra manera habría tardado mucho más o quizás ni siquiera se hubiera producido.
La biodanza actúa de una forma sinérgica con la parte sana del ser humano aprovechando sus potenciales y reforzándolos de una forma gradual y progresiva. Esto es debido a que las sesiones de biodanza están cargadas de  todos aquellos ecofactores positivos que el ser humano necesita para desarrollarse plenamente. Amistad, empatía, apoyo, afectividad, reconocimiento. 
Para los que nos quieran acompañar y disfrutar de una tarde de BIODANZA 


LOS MUERTOS SON LOS QUE NO VIVEN...


LOS MUERTOS SON LOS QUE NO VIVEN...
A menudo pensamos que estamos viviendo. Sin embargo eso no es cierto, nos refugiamos en la razon para evitar la experiencia.
Tenemos que VIVIR lo que pensamos, podemos pensar que somos igualitarios y solo si de verdad lo incorporamos a nuestra vida podremos formar una realidad distinta.
En estos tiempos que corren casi parece un atrevimiento irresponsable manifestar un deseo de amor y felicidad.
Es sin embargo este deseo el que tiene en si mismo el poder de invertir la situación que vivimos.
Es fácil vivir con los ojos cerrados, interpretando mal todo lo que se ve...
JOHN LENNON
Yo simplemente....ESTOY DE ACUERDO.
Un abrazo desde el corazón

El hombre y su perro


Hace un par de días recibí una visita inesperada. Uno de mis amigos, mi mejor amigo sin duda hoy en día, se presentó en casa sin avisar.
Esto no tendría que haberme sorprendido si no fuera porque es extremadamente cuidadoso con las formas. Cuando abrí la puerta y traspasó el umbral sentí que algo estaba sucediendo. La disculpa era la devolución de un objeto que le había prestado y que sentía la necesidad de devolverlo sin embargo su mirada decía mucho mas.
Después de un café y varios ¿como estas?- yo bien. ¿Cómo te van las cosas?- bien para los tiempos que corren. Preguntas y respuestas automáticas, le pregunte por su viejo perro, hacia unos días habíamos hablado y al parecer se había enfermado.
Después de un suspiro y un silencio que se hizo eterno. Comenzó a hablar. Estaba muy mal, con una enfermedad terminal. Hay que pincharle dos veces al día- me dijo- y no sé como lo voy a llevar. Todos me aconsejan que no gaste más dinero en el veterinario, que no tiene solución. Que le ponga una inyección y ya está. Sabes, es mi perro y hemos pasado tanto tiempo juntos. Me ha ayudado tantas veces a pasar mis ratos de soledad. Ahora el me necesita y yo no lo voy a dejar. Cuando me decía esto su mirada se cruzo con la mía y sus ojos humedecidos se encontraron con los míos y sus lagrimas y su emoción apenas contenida, era también la mía. Te entiendo, le dije. Nos abrazamos y cuando se alejaba sentí en mi corazón toda su ternura y su capacidad de amor y di gracias a la vida por tener un amigo como él. 

LA MOCHILA


Hoy me he dado cuenta de lo sencillo que es vivir cuando se anda ligero de equipaje.
De lo simple que es descargar la mochila cuando pones conciencia en que pesa demasiado.
De que los sueños son eso ... solo sueños y que lo simple, lo instantaneo es lo que hace que sientas vivir. Gracias vida.

El Amor


Dijo Almitra: Háblanos del Amor.

Y él levantó la cabeza, miró a la gente y una quietud 

descendió sobre todos. Entonces, dijo con gran voz:

Cuando el amor os llame, seguidlo.

Y cuando su camino sea duro y difícil.

Y cuando sus alas os envuelvan, entregaos. Aunque la

 espada entre ellas escondida os hiriera.

Y cuando os hable, creed en él. Aunque su voz 

destroce nuestros sueños, tal cómo el viento norte 

devasta los jardines.

Porque, así como el amor os corona, así os crucifica.

Así como os acrece, así os poda.

Así como asciende a lo más alto y acaricia vuestras 

más tiernas ramas, que se estremecen bajo el sol, así 

descenderá hasta vuestras raíces y las sacudirá en un 

abrazo con la tierra.

Como trigo en gavillas él os une a vosotros mismos.

Os desgarra para desnudaros.

Os cierne, para libraros de vuestras coberturas.

Os pulveriza hasta volveros blancos.

Os amasa, hasta que estéis flexibles y dóciles.

Y os asigna luego a su fuego sagrado, para que 

podáis convertiros en sagrado pan para la fiesta 

sagrada de Dios.

Todo esto hará el amor en vosotros para que podáis 

conocer los secretos de vuestro corazón y 

convertiros, por ese conocimiento, en un fragmento 

del corazón de la Vida.


Gibrán Khalil Gibrán


¿El instinto es algo a suprimir o evitar?



Desde tiempos ancestrales, la búsqueda y la obtención del placer en casi todas las culturas ha sido repudiada, perseguida, prohibida y considerada como algo salvaje que nos acerca a los animales. Pero es que nosotros también pertenecemos y tenemos una naturaleza animal. ¿Qué pasa con nuestro instinto?

El instinto es un impulso innato transmitido genéticamente, hereditario y común a todos los miembros de la especie
Freud con su teoría del ello y el superego ya intuyo el fracaso del yo ante la represión educacional social. Sin embargo fue W. Reich el que dio dimensión corporal a la expresión- reprimida del instinto.
La finalidad biológica del instinto es la preservación de la especie en base a tres impulsos primordiales:
1.     Primero autoproteger y preservar mi existencia     como individuo
2.     Segundo proteger a la especie desde proteger mi nido, mi cría.
3.     Tercero asegurar una gran descendencia que permita sobrevivir al grupo
De estos tres impulsos primordiales se definen los tres instintos básicos del ser humano como especie.
·        El instinto o impulso vital de autoconservación o supervivencia
·        El instinto o impulso vital de cuidado y conservación de la especie Instinto maternal
·        El instinto o impulso vital creador y reproductor, instinto sexual
la “cultura” y la educación patriarcal sostenida bajo parámetros de individualismo, competitividad y racionalidad desmedida y disociada. Inhibe cuando no destruye cualquier manifestación y expresión libre de los impulsos vitales innatos ya descritos.  Esto es porque según la educación social basada en las formas aparentemente buenas la expresión de estos instintos sería algo salvaje que incluso podría poner en peligro al grupo.
De esta forma los instintos  se pueden destruir impidiendo su expresión sistemáticamente.

O pervertir desviándolos hacia manifestaciones patológicas.
Todas las culturas se han basado en la defensa del territorio frente a los otros para asegurar su supervivencia. Grupos, tribus y en la época moderna las naciones. Para ello se ha desarrollado una agresividad y violencia hacia el otro,  el distinto que nos ha llevado a perfeccionar técnicas inconcebibles de tortura, destrucción y aniquilación. De aquí tampoco han escapado las religiones que en la defensa de su dios único, han matado, aniquilado y destruido. Esto ha traído consigo el sometimiento del instinto al interés de la colectividad y por lo tanto la búsqueda y obtención del placer a la discrecionalidad de la normativa del grupo. En ciertas culturas solo algunos elegidos podían beneficiarse de este privilegio. En otras se trataba de sacrificarlo en pos de conseguir hombres más recios y preparados para el combate. Aun hay otras en que se recurre al auto sacrificio y la represión del instinto para llegar a la espiritualidad. En consecuencia siempre se trata de controlar y gobernar el proceso para así controlar y gobernar al individuo.
    Esto lo hemos asumido en nuestro proceso educativo de tal forma que corregimos casi espontáneamente cualquier búsqueda de placer instintivo desde que prácticamente somos bebés. Cuando escuchamos frases como “niño no te toques que bla-bla-bla.” o “las niñas no hacen eso… “y tantas y tantas formas de conseguir la represión del placer como algo que nos distingue, algo bonito, algo que nos hace ejemplares no nos damos cuenta que en realidad nos estamos volviendo infelices, tristes, solitarios, vergonzosos cuando no pervertidos e inmersos en alguna tipología patológica que sustituya y alivie ese placer que por haber nacido y estar aquí siendo lo que somos por derecho nos pertenece.

LA VUELTA DE LA VIDA



Estoy en la etapa de vuelta de la vida. Los Mayas dicen que el hombre, el nombrado ser humano, da la vuelta a la vida alrededor de los cincuenta años. Para este momento, se supone que has tenido tiempo de sobra para experimentar lo que viniste a hacer en este mundo y para haber pasado las pruebas suficientes para seguir tu camino. Es también en este momento cuando has dado la vuelta a tu vida y comienza a florecer en ti esa parte oculta que tanto te afanabas a veces para que nadie pudiera sospechar que la llevabas dentro.
De esta forma aquel macho autoritario y controlador se vuelve más apacible dócil e incluso cariñoso y se puede dar el caso que su mujer y sus hijos de tan acostumbrados que estaban a lo que era, ahora no lo reconozcan e incluso lo menosprecien.
También aquella mujer que siempre fue sumisa responsable callada y buena madre se vuelva de pronto respondona, plante al más pintado, cuelgue todo, monte un negocio o se busque un nuevo acompañante para recorrer y explorar ese mundo que años antes veía como algo imposible.
Todo es posible a partir de los cincuenta. Todo menos seguir indiferente, porque seguir indiferente, es entregarse y resignarse a lo que siempre hemos sido a la seguridad de lo conseguido de lo atesorado a veces con mucho esfuerzo. Resignarse a no ser feliz o por lo menos no intentarlo en el tiempo de descuento, en la vuelta de la vida.
Por esto los mayas que sospecho que de esto sabían y estaban en pleno contacto con el medio natural donde vivían, decían que ahora se abría la segunda vida que correspondía vivir conforme a lo aprendido en la primera.
En nuestro mundo occidental del siglo XXI la tercera edad la vivimos con la sensación del agostamiento, del otoño permanente. Parece que nos entregamos a actividades alocadas que se enfocaran a un planteamiento de llenar el tiempo con cualquier entretenimiento en lugar de plantearnos actividades que nos ayuden a ser más auténticos, a desarrollar nuestra parte reprimida, a sincerarnos con nosotros mismos. Actividades que nos sirvan para desarrollar las potencialidades que nuestra experiencia de vida nos ha preparado para ejercer.
Ahora tenemos menos prisa por hacer cosas lo que nos convierte en mas concienzudos y efectivos. También ahora parece que tenemos la capacidad de detenernos a admirar los momentos inolvidables que la vida nos brinda sin que por ello alguien nos diga o nosotros mismos que estamos perdiendo el tiempo. Ahora tenemos la oportunidad de amar sin prejuicio, sin exigencia, simplemente amar, a nuestros hijos, a nuestra mujer, a los amigos, incluso a  aquellos que ya no están. Ya no importa el tiempo, ni las opiniones, el qué dirán ya no tiene cabida. Es el momento de asumir lo experimentado y aprendido. Es el momento de amar la vida.
Es en este momento cuando surge la elección para esta segunda parte. Podemos elegir quedarnos en la carencia afectiva, en la insatisfacción y  frustración por lo vivido. También y esto sería mucho menos sano quedarnos en la recriminación y en el odio hacia los que nos han hecho daño. Incluso en la rabia permanente que nos genera la envidia de todos aquellos que nos espejaron con su comportamiento lo que nos gustaría haber hecho y no fuimos capaces de hacer. Esto es la mezquindad que nos ha llevado a estar donde estamos y esto ya lo hemos experimentado. Es la elección del temor.
Es el temor a elegir lo equivocado, es el temor a que me abandonen, es el temor a que no me amen, es el temor a no ser capaz, es el temor a no quedar bien, a no ser esa persona que durante tanto tiempo he tenido que fabricar y sostener.
La segunda opción que presento como contrapartida es la elección del amor.
El amor por todo lo que me rodea, la generosidad de dejar salir a los que ya no quieren seguir conmigo. La humildad de aceptar a aquellos que vienen de nuevo tal y como son. Es el sentimiento del amor puesto en todo lo que hago cada día y en cada momento. Es el sentimiento del amor en mis momentos de intimidad, es el amor puesto en esa mirada calmada que me devuelve el espejo. Es el amor reflejado en los ojos de una nueva madre. Es el amor del padre anciano que ya perdió la cabeza. Es el amor reflejado en mil matices a la salida del sol y a su puesta.
Podemos elegir seguir viviendo en el temor de lo que queda por venir o por el contrario descubrir el amor en cada instante nuevo de vida que no es regalado. La elección es nuestra y ahora a los cincuenta sí que somos completa y genuinamente responsables de ella.