La pasión por el riesgo de vivir

Acabo de ver uno de los documentales de la dos. Trata de unos pájaros formidables que recorren largas distancias para lograr reproducirse y alimentarse. Los Pelícanos del desierto.
También habla de la maternidad generosa, brava y arriesgada de una madre pelícano que una vez cada varios años, justo cuando siente que es su momento y el de la naturaleza que le dará de comer, emprende un vuelo de miles de kilómetros que la llevara al lago Eyre en pleno desierto interior australiano. Cada varios años confluye una crecida de los ríos que lo alimentan.
No sabía que los pelicanos pudieran vivir en el desierto. Ignoraba que estas aves son mucho más fuertes y prolíficas que sus congéneres marítimos que viven con los hombres alimentándose y contagiándose con su basura, sus excrementos y su estupidez que sustituye a su instinto después de tantos años de convivencia.
He visto como esta madre del desierto cuidaba de sus crías nacidas mientras estas emplumaban y estaban listas para volar aun a riesgo de morir porque la desecación fatal que sigue a la abundancia merma la posibilidad de alimento. Al fin lo han conseguido y los tres sus dos crías y ella han levantado un vuelo majestuoso mientras el sol dorado del ocaso les despedía del desierto en su viaje de emigración a un mundo mejor y menos hostil.
Me ha hecho reflexionar y me he emocionado ante su bravura para enfrentar un riesgo extremo en lugar de abrazar las migajas y la estupidez facilitada por el estercolero humano.
Cuantas veces en la vida nos conformamos con una seguridad aparente y a la vez insulsa, insana, mediocre u hostil que nos acompaña inexorablemente hasta la muerte. En vez de afrontar con valentía el riesgo de partir a conocer todo lo que la vida nos puede ofrecer.
En lugar de experimentar situaciones, amantes, familias nuevas. Nos conformamos con la mediocridad desesperante, deprimente del rincón seguro en nuestro estercolero particular. Lo peor, cuando intentamos convencer a los demás que esto es vivir.
El ser humano como la madre pelicano lleva dentro la pasión por el riesgo de vivir. Saber que soñar es sano y buscar con coherencia que los sueños se hagan realidad mucho más.