¿Habéis mirado sus ojos, su escorzo pidiendo auxilio, su
desesperación?
Siempre he sentido un gran estremecimiento cuando he mirado
a sus ojos, los ojos espantados de la locura y la certeza de que todo se acaba.
De que de nuevo comienza la etapa oscura, la negrura del imperialismo y el
poder. Ha tenido que pasar mas de medio siglo para que este caballo de nuevo
lance sus relinchos al aire cargados de pesadilla y horror. ¿Es que no hemos
aprendido nada? Durante tantos años disfrazándonos de ciudadanos, de demócratas,
de gente de paz.
Hoy he vivido un paralelismo entre lo acontecido en este mi país
y lo que ahora vivimos en Ucrania. Entonces y esto demostró la historia, la
pasividad, el miedo a involucrarse, el cuidar tu casa antes que la del otro
llevaron a las potencias europeas a dejar abandonada la incipiente republica
española. Todos pensaron que así podrían calmar la sed insaciable de poder que
sobreviene cuando te emborrachas de imperialismo, cuando te consideras elegido
para conseguir un fin mayor.
El entorno es similar en muchos sentidos. En casi todos los países
de nuevo renacen afanes nacionalistas e imperialistas que justifican el
resurgir de los voceros de esas mal llamadas extremas derechas. El
neoliberalismo exacerbado llevado a la máxima potencia nos ha despojado de los
valores básicos de igualdad, fraternidad y libertad entre los pueblos. De nuevo
también hemos claudicado ante todo lo que nos han ofrecido como el paradigma de
la buena vida, una buena casa, un buen coche, una buena posición económica y a los
demás… que les den.
Ni siquiera una pandemia universal y un proceso más que
discutible ha sido capaz de sacarnos del ensimismamiento colectivo en que nos
movemos, todo lo que se salía del guion había que desecharlo por herejía.
Perdimos la capacidad de cuestionar y de pensar.
Pues bien, los cuatro jinetes del apocalipsis ya están cabalgando
de nuevo a sus anchas y al frente de ellos el nuevo zar erigido como gran capitán
de su ejército de espectros.
De nuevo nuestros miedos, nuestra pasividad, nuestra
impotencia nos llevaran sin mas remedio a una confrontación global solo que quizás
esta vez sea la última y no habrá ningún Pablo Picasso para pintar un nuevo
Guernica.
Diario de un naufrago a 24/02/2022 segundo año de la
pandemia y un día después.