Hoy después de algún tiempo, varios meses quizás. He vuelto de nuevo al pueblo donde he vivido años felices de mi existencia. Hoy he vuelto al bar en el que tuve la inspiración para hablar de lo que consideraba la calidad de vida.
Hoy al entrar, como entonces, me dieron los buenos días., cuanto tiempo, sonrisas. y mi café con leche que ya estaba humeando como a mí me gusta, encima de la barra.
Hoy la dueña me ha dicho, entre alegría y sollozos que era el penúltimo día que ella, ellos estaban allí.
Se jubilan. Les he felicitado. Después de toda una vida de trabajo, cocinas, fogones, enfados de borrachos que no entienden del descanso. Han tomado la decisión de jubilarse y me alegro por ellos. Sin embargo, una sensación de tristeza y abandono recorre mi cuerpo. ¿Quién me servirá ahora el café con leche después de tanto tiempo y lo que es mucho más interesante, quien se interesara por mi de aquí en adelante?.
A veces un cafe, una charla por la mañana, una sonrisa, un abrazo...
Tenemos tanto déficit de afectividad hoy en día que hasta con el traspaso de un bar sientes pérdida en tu corazón. Feliz nueva vida queridos amigos.
Diario de un náufrago a 10 de agosto 2021 segundo año de la pandemia.