Dijo Almitra: Háblanos del Amor.
Y él levantó la cabeza, miró a la gente y una quietud
descendió sobre todos. Entonces, dijo con gran voz:
Y cuando su camino sea duro y difícil.
Y cuando sus alas os envuelvan, entregaos. Aunque la
espada entre ellas escondida os hiriera.
Y cuando os hable, creed en él. Aunque su voz
destroce
nuestros sueños, tal cómo el viento norte
devasta los jardines.
Porque, así como el amor os corona, así os crucifica.
Así como os acrece, así os poda.
Así como asciende a lo más alto y acaricia vuestras
más
tiernas ramas, que se estremecen bajo el sol, así
descenderá hasta vuestras
raíces y las sacudirá en un
abrazo con la tierra.
Como trigo en gavillas él os une a vosotros mismos.
Os desgarra para desnudaros.
Os cierne, para libraros de vuestras coberturas.
Os pulveriza hasta volveros blancos.
Os amasa, hasta que estéis flexibles y dóciles.
Y os asigna luego a su fuego sagrado, para que
podáis
convertiros en sagrado pan para la fiesta
sagrada de Dios.
Todo esto hará el amor en vosotros para que podáis
conocer los secretos de vuestro corazón y
convertiros, por ese conocimiento, en
un fragmento
No hay comentarios:
Publicar un comentario