Suenan trompetas de guerra, anuncian el apocalipsis disfrazado en mil infecciones, terrores, guerras, inflación, miseria.
Cada vez que veo y escucho noticias encuentro agoreros que me recuerdan a los visionarios del medioevo pregonando el fin del mundo.
No se que va a pasar el próximo otoño. No se si vamos a poder seguir viviendo igual que ahora. Lo que si sé en plena consciencia es que me niego a ser conejo de indias. Me niego a que sigan experimentando en mí la teoría del stress y del terror infligido.
Como ciudadano me rebelo todos los días ante esta situación y por mucho que empeore o pueda empeorar no van conseguir que su miedo. El miedo impuesto y consistente que utilizan para cubrir sus actos impunes de barbarie sobre la ciudadanía triunfe sobre mí.
Podrán empobrecerme, podrán aniquilarme físicamente pero no van a conseguir rendirme.
Amo la vida, amo vivir plenamente junto con mis amigos, con mis seres queridos y todas aquellas y aquellos que sientan como yo. Ha llegado la hora del despertar a la iniquidad y al aborregamiento de las masas empobrecidas.
Como ciudadanos tenemos la opción y el derecho de defender nuestra intimidad, nuestra identidad y nuestra libertad.
Como seres humanos hemos de tener presente que pertenecemos a una especie, la humana que no entiende de limites territoriales, conflictos de intereses ni de identidades individuales y únicas. Somos un todo y pertenecemos a algo muy superior que no obedece a pensamientos mezquinos que no buscan sino enfrentarnos a unos con otros.
Ser humanos nos asemeja a la divinidad. No a dioses justicieros, belicosos o sacrificiales. Nos asemeja a la divinidad espléndida generosa basada en el único sentimiento que nos sitúa y diferencia del resto de los seres que pueblan este planeta. El amor.
Hay que ser corto de vista para no reconocer que todo el universo, en relación a las propias estrellas, galaxias, en todo el microcosmos bacterias, virus y seres y entidades infinitamente mas grandes y mas pequeñas a su vez. En todo esto el amor es la fuerza de atracción universal. Las especies se reproducen por el instinto y el instinto se mueve por el amor que a su vez mueve la emoción que conduce al encuentro. Amar la vida porque la vida es el amor.
Solo desde este encuentro, como especie podremos superar
este enemigo invisible que nos envuelve en la penumbra, y aniquila nuestro
espiritu. Podemos y debemos vencer y para ello necesitamos salir del letargo
donde nos han encerrado. Estamos vivos y esto significa que sentimos,
emocionamos y hacemos. La pregunta es: ¿saltaremos algún día la valla donde nos
han encerrado y volveremos al mundo real?. Yo puedo decir que todos los días de
mi vida lo intento y con los años, muchos lo consigo. Ama, vive y únete a otros como tu.
Diario de un náufrago a 31/7/2022
Totalmente de acuerdo contigo. Está claro que todo lo que nos están haciendo es un intento de aniquilación y destrucción del ser divino que somos. A través de nuestro cuerpo y emociones que nos debilitan por el miedo a todo lo que nos cuenten y quieren que veamos, pues no lo conseguirán por que somos más que simple materia. Como tú bien dices y todas estas mentiras, engaños y artimañas que utilizan NO PODRAN CON QUIENES SOMOS REALMENTE!!!!!!! AMARNOS Y AMAR LA VIDA.
ResponderEliminarGracias Antonio por la fuerza que nos proporcionas con tus palabras. Estoy contigo amigo!!!