Hace tan solo dos días he tenido la oportunidad, triste,
porque las despedidas suelen ser así. De decir adiós a unos amigos, el y ella han representado una parte importante en mi vida durante los siete años que
resido en Mallorca.
Yo llegué creo, igual que ellos marchan, con una maleta
cargada de ilusión y un vacío en el estomago por lo que dejas atrás. Volver a
comenzar de nuevo, reinventarse una y otra vez. Esto es vivir.
Cuando nos dijimos adiós, quedó en mi ese sabor agridulce del
partir. De pronto pasaron ante mi tantas cosas habladas y momentos compartidos
y a la vez un signo grande de interrogación por todas las que nos quedaron por
decir, por todas las que en algún momento callé por no ser inoportuno, por
todas las que me hubiera gustado decirles y ahora al cerrar la puerta ya no
pude hacer.
Me hubiera gustado estar mas con ellos, haber compartido más,
pero la prisa el ensimismamiento en la rutina lo impidieron y ahora lo echo de
menos.
Como iba diciendo al principio la vida es esto un ir y venir.
Quizás lo importante sea no dejar pasar la oportunidad de compartir los
momentos por obvio que nos parezca porque puede ser que mañana ya no existan.
Con afecto a los que partieron y a todos los que quedan.
Antonio
Es así, aprovechemos todos los momentos, ningún minuto, ninguna hora, ningún día VuElVe
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