Hace días hablando con alguien a quien aprecio en sus opiniones y en su condición como ser humano me comentaba que durante unos días que tuvo la posibilidad de estrechar a su nieta de pocos meses en sus brazos, sucedió que en la televisión estaban dando noticias de la guerra en Gaza. En unas imágenes aparecía un hombre mayor sosteniendo en sus brazos apenas un bultito desmadejado que era lo que quedaba de su nieto. Lo sujetaba con ansia y desesperación contra su pecho mientras gritaba encolerizado con esa rabia y ese horror en su mirada que espantaría al propio satanás si es que existiera.
Fiel reflejo de espejo en la televisión ambos se vieron reflejados uno en su dolor terrorífico y el otro en el confort de su hogar en su felicidad conquistada a lo largo de años de trabajo. Dos hombres, dos miradas, dos niños uno muerto que instantes antes vivía y otro vivo que en cualquier momento y por el capricho indecente de un loco puede llegar a muerto.
Y los dos lloraron a muchos miles de km de distancia, porque los dos amaban aquello que mantenían en sus brazos mas que a su propia vida y los dos supieron a ciencia cierta que esto puede suceder sin más.
Tener por seguro aquellos que asesináis impunemente que por cada niño que pierde la vida por vuestras necias bombas y por vuestros falsos argumentos que por cada uno de los niños que matáis cada día un nuevo terrorista mas sanguinario, mas peligroso y mas cruel ha nacido.
Que la violencia extrema solo engendra violencia mas extrema y mas cruel. Ganareis una guerra pero no podréis conseguir la paz porque la paz nunca se pudo cimentar sobre los cadáveres de pueblos y gente masacrada.
Vuestra conducta se volverá contra vosotros mismos porque
vais a conseguir en vuestra locura la extinción de nuestra especie porque detrás
de cada asesinato nuestro cuerpo sistémico de especie humana sufre una amputación
fruto de vuestra barbarie y nos degrada como seres humanos despojándonos de
aquello que tuvo el hombre en el albor de su existencia, la humanidad.
Toda nuestra especie lo va a pagar porque de persistir en vuestra escalada anteponiendo la comercialización de la vida a la propia vida en si. Considerando que unos por ser de un color o tener una diferente mirada su vida tiene un precio distinto a la vuestra, mas pronto que tarde esto va a explotar en mil pedazos y vuestro confort e intimidad dejara de tener el valor que le estáis atribuyendo. Ya nadie podrá dormir en paz.
Ya no vale seguir mirando hacia otro lado, solo podemos mirar de frente al holocausto.
Solo una improbable reacción responsable de gente sencilla, humilde que constituye la inmensa mayoría de aquellos que poblamos la tierra y poco tenemos que perder puede hacer que esta frenética locura en manos de unos pocos locos pare de una vez.
Diario de un naufrago a 17/06/2025
DEDICADO A TODOS Y CADA UNO DE ESTOS LIDERES QUE SIEMPRE CONSIDERAN QUE TIENEN LA RAZÓN
