Hoy
es 30 de julio en calle Agustín de Foxa. Estación de Chamartin, de
Clara Campoamor como la llaman ahora, 39 graditos a la sombra,
estación totalmente abarrotada y en obras caos turístico donde los
haya.
Me
siento en una terraza fuera de la vorágine, en la calle ya nombrada.
De frente hacia mi camina un pelo rojo, cincuenta años calculo,
varón con gafas de estatura media, tripita cervecera, camiseta
tirantes negra y deportivas. En un principio le veo gesticular y
pienso que habla por el móvil.
No, este es de los pocos que hablan
solos.
A
continuación y en dirección contraria, una diva, unos treinta y
pico ejecutiva posiblemente, camiseta de sin hombros sudada, tiene el
aire de venir de un gimnasio, mirada distante, la sonrío y se siente
un tanto incomodada, me pregunto será por mi edad, mi atrevimiento o
tan solo porque no voy a su altura.
He pedido para degustar un
bacalao con tomate y vino blanco. En una mesa a mi izquierda dos
pijihippies de mas de cuarenta aunque por su conversación podrían
tener menos de veinte o veinticinco, hablando supongo de Marbella o
algún paraje similar- " te acuerdas de la Shispi, - no me voy a
acordar, menudo putón, claro con su padre catedrático en la complu.
A ti también te paso el examen?. no jodas, los tenia. -No los vendía
que es peor. Has vuelto por alli? menudos veranos, que fiestones, no
como ahora.. todo se ha venido abajo y han cerrado la mitad de los
garitos.- piden otra cerveza.
Mientras
tanto en la mesa a mi derecha, poco a poco la conversación toma
protagonismo. Dos deshilachados de la vida. Sabes que al
“ininteligible” le ha metido en el truyo? "Hostias no m´ habia
enterao", se lo ha buscado por mamón ¿mira que le advertí,
no?.
Jo..
se puede pasar pero no quedarte pillao. Es que la Rosi no es trigo
limpio y el se fiaba mucho de esa puti..
Posiblemente
de tener más tiempo la historia continuaría .. o no, depende de
cuando salgan nuestros trenes, en la vida como en la estación casi
siempre estamos esperando una salida, a veces sin saberlo a ciencia
cierta.
Al
entrar de nuevo en la estación compruebo que mi tren sale con
retraso, claro es ¡treinta de julio!. Decido tomar un café. Todo
esta lleno y vislumbro un sitio en una barra.
A
mi lado en la cafetería una madre cincuenta y tantos, guarda sitio
como un jugador de rugby protegiendo una silla para su hija que no
aparece en todo el rato que permanezco allí, desesperada deja las
maletas insospechadamente abandonadas y va a buscarla al burger de al
lado.
¿Historias
de la estación..? ¿nervios antes de emprender un viaje..?. Sonrío
y doy gracias por todo lo que he podido vivir en un rato en esta mi
ciudad querida.
Madrid
da para esto y mucho mas. Es cuestión de observar.. Por cierto la
madre al borde de un ataque de nervios acaba de disiparse en el
espacio tiempo en busca del tren perdido una vez recuperada su hija y
sus maletas.
Por
fin mi café y yo solos.. por cuanto tiempo? quien lo sabe..
Pd.
Acabo de tomar el café recojo la maleta y voy al servicio, al salir
me encamino a la puerta y echo de menos la mochila, me dirijo
apresurado a la mesa pensando lo peor.. No, la mochila esta justo
donde la había dejado.
Madrid
también es esto, un lugar donde la gran mayoría personas son
sensatas, cabales y afectivas y tan solo se abren paso en medio del
caos y la locura. No juzgues y no serás juzgado.
I
love you Madrid.